Al periodo de adaptación que requiere retomar las obligaciones profesionales tras las vacaciones, se suma el impacto emocional de la situación excepcional.
Para poder desconectar durante las vacaciones es importante identificar y corregir aquellas situaciones que pueden llegar a generar una sensación de intranquilidad.
El cansancio y la ansiedad acumulados pueden provocar problemas de insomnio, tensión muscular, molestias digestivas, taquicardias o, incluso, depresión.
Según datos del estudio 360 Wellbeing Survey 2019, pese al amplio número de empleados que disfruta de medidas de conciliación, el porcentaje de satisfechos con el tiempo dedicado a familiares y amigos se reduce un 6% y un 10%, respectivamente.