LOS MITOS SOBRE EL RENDIMIENTO FÍSICO ECLIPSAN LA IMPORTANCIA DEL EJERCICIO Y DISPARAN EL USO DE SUPLEMENTOS

El auge de los suplementos alimenticios ha coincidido con una creciente presión social por alcanzar cuerpos “ideales” que muchas veces solo existen gracias a filtros y edición digital. En redes sociales abundan influencers promocionando batidos, cápsulas o fórmulas milagrosas que prometen transformar el cuerpo en semanas. Esto refuerza la idea de que cambiar la apariencia física puede hacerse rápido, sin esfuerzo y sin pensar demasiado en la salud a largo plazo.
Crece la venta de suplementos, pero no los hábitos saludables
Paradójicamente, mientras crecen las ventas de productos destinados a mejorar el rendimiento físico o moldear la figura, el sedentarismo sigue siendo la norma en gran parte de la población. Es más, tal y como señala el Cigna International Health Study, tan solo el 32% de los españoles practica ejercicio físico de forma regular. Esta cifra evidencia una desconexión entre el discurso del “fitness” que domina las redes sociales y los hábitos reales de vida saludable. En paralelo, la industria de los suplementos alimenticios sigue creciendo. Según la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), la facturación del sector de los complementos alimenticios pasó de 1.700 millones de euros en 2019 a más de 2.000 millones de euros en 2023, reflejando una fuerte demanda a pesar de la falta de actividad física generalizada. El problema no radica en los suplementos en sí, sino en cómo se utilizan —y, lo que es más importante, por qué se utilizan—. Muchos consumidores no cuentan con asesoramiento profesional y acuden a ellos buscando una transformación rápida, sin tener en cuenta sus verdaderas necesidades nutricionales, el tipo de deporte que practican (si es que lo hacen) o incluso los riesgos que pueden implicar para la salud. Todo lo anterior, sin mencionar el hecho de que la industria de la suplementación no está regulada por lo que la calidad de los suplementos es difícil de garantizar, así como su efecto terapéutico el cual en ocasiones es inexistente.
¿Cuáles son los mitos más extendidos sobre los suplementos?
Los expertos de Cigna Healthcare analizan cuáles son algunos de los mitos más populares que han favorecido el incremento de estos suplementos alimenticios en los últimos años:
- El consumo de proteína acelera el desarrollo muscular.
Las proteínas son macronutrientes esenciales para funciones vitales del cuerpo, como el crecimiento de tejidos, la producción de enzimas y hormonas. Sin embargo, consumir más proteína no garantiza por sí solo un mayor desarrollo muscular. Este solo ocurre cuando se combina una dieta adecuada con entrenamiento de fuerza regular. Según el Colegio Americano de Medicina Deportiva, la ingesta debe estar entre el 10 y 35 % de la dieta diaria, o entre 0.8 a 1.2g por kg de peso corporal, dependiendo del nivel de actividad.
- Duplicar las dosis acelera los resultados.
Más no siempre es mejor. Un exceso de vitaminas y minerales puede interferir con la absorción de otros nutrientes y causar efectos adversos a largo plazo. Por ejemplo, un exceso de vitamina D o hierro puede acumularse en el organismo y volverse perjudicial.
- Los suplementos adelgazantes ayudan a perder peso.
La promesa de perder peso sin esfuerzo alimenta el consumo de productos adelgazantes. Aunque algunos ingredientes como la cafeína o el té verde pueden tener efectos leves, no son suficientes sin cambios en la dieta y el estilo de vida. Además, pueden provocar efectos secundarios como ansiedad o taquicardias.
- Los multivitamínicos mejoran la energía y el rendimiento en cualquier persona.
En personas sanas, los multivitamínicos no aumentan la energía ni el rendimiento físico o mental. La fatiga suele estar más ligada al estrés, el mal descanso o el sedentarismo. Las vitaminas deben obtenerse preferentemente de los alimentos, donde su biodisponibilidad es mayor gracias a la matriz alimentaria.