Las cardiopatías congénitas son un tipo de alteraciones en el corazón que se pueden producir durante el desarrollo fetal. La cardiopatía es la patología congénita de mayor incidencia en España, afectando a 8 de cada 1.000 niños nacidos, lo que supone unos 4.000 casos nuevos cada año1. Sin embargo, llevando a cabo un adecuado seguimiento médico y control de la salud durante el embarazo, es posible limitar el impacto de esta problemática, al facilitar la detección en fase prenatal de posibles malformaciones en el corazón o en los grandes vasos sanguíneos del feto.
De esta manera, gracias a los avances en las técnicas de diagnóstico e intervención quirúrgica, así como a las novedades farmacológicas1, el porcentaje global de supervivencia en la edad adulta para todo el conjunto de cardiopatías se puede estimar en torno al 90%, con cifras de supervivencia del 98% en cardiopatías como la comunicación interventricular1.
Pese a que algunas cardiopatías congénitas se manifiestan clínicamente en edades tardías, parte del éxito detrás de estos datos radica en que es posible realizar una intervención quirúrgica en fase neonatal, o incluso prenatal. Según el último informe de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular2, las cardiopatías congénitas suponen un 6% del total de intervenciones cardiovasculares en España. Además, este mismo documento destaca que, del año 2010 a 2018, el número de intervenciones por esta anomalía en nuestro país aumentaron en un 7,5%.
En este sentido, es importante tener en cuenta que la mayoría de estas cardiopatías requieren una cierta adaptación en el estilo de vida (en la práctica deportiva, por ejemplo) y mantener una periodicidad en los controles médicos, por lo que es fundamental realizar las revisiones correspondientes con el cardiólogo para adecuar el tratamiento en función de la cardiopatía.
Además, los avances tecnológicos también han contribuido a la mejora del diagnóstico prenatal. Si bien las cardiopatías congénitas suelen producir alteraciones en el electrocardiograma y la radiografía de tórax, la prueba diagnóstica fundamental es la ecocardiografía, que permite diagnosticar y evaluar la gravedad de la mayoría de ellas. Hoy por hoy, esta cardiopatía se puede detectar durante el primer trimestre de gestación; aunque la aparición de los síntomas varía dependiendo del tipo de anomalía cardiaca, pudiendo aparecer en el mismo instante del nacimiento o con el paso de los años.
Por todo ello, es clave concienciarse acerca de la importancia de realizar las pruebas médicas prescritas por el profesional de la salud durante la gestación, así como llevar a cabo un estrecho seguimiento médico del embarazo y tomar las medidas de control de la salud necesarias.
Además de la importancia de un buen seguimiento médico y de realizarse todas las pruebas pertinentes, es muy importante seguir ciertas pautas de prevención durante el embarazo, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud3:
- Mejorar la alimentación garantizando un aporte suficiente de vitaminas y minerales, en especial de ácido fólico para ayudar a prevenir malformaciones congénitas.
- Controlar la diabetes preconcepcional y gestacional realizando las revisiones correspondientes para su adecuada detección y control. Es importante, seguir las pautas recomendadas en relación al control de peso, la dieta y la administración de insulina cuando sea preciso.
- Llevar a cabo los controles analíticos para descartar posibles enfermedades y consultar con el médico antes de tomar cualquier medicación nueva.
- Conocer si la madre tiene inmunidad contra la rubéola y otras enfermedades, evitando exposiciones o vacunándose.
- Si existen ciertos antecedentes familiares, recibir consejo genético que haga pensar acerca de una alteración genética familiar.
FUENTES:
1 Fundación Menudos Corazones. Enlace
2 Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular Enlace
3 Organización Mundial de la Salud. Enlace