Con el fin de las vacaciones de verano, y el inicio de un nuevo ciclo, septiembre se presenta como un mes ideal para introducir cambios que promuevan el bienestar y el cuidado de los empleados y, de esta forma, preparar el terreno para un final de año más productivo y positivo.
Además, incorporar programas de bienestar, sesiones de salud mental, o actividades para mejorar el equilibrio entre trabajo y vida personal, puede tener un impacto positivo significativo en la productividad y en la retención de talento.