Image
Salud mental y entorno laboral: cómo prevenir el Síndrome de Burnout

Salud mental y entorno laboral: cómo prevenir el Síndrome de Burnout

Uno de los mayores desafíos para la seguridad y salud, al que se están enfrentando las organizaciones hoy en día, es el estrés laboral, fruto de la incompatibilidad entre las exigencias del trabajo o el ambiente laboral y las capacidades, recursos y necesidades personales del empleado. Un problema que, tal y como muestra el último estudio de Cigna ‘360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond’, afecta a 2 de cada 3 españoles.

Según este mismo estudio, se desprende que el 60% de los empleados en España señala que la cultura corporativa de su empresa demanda estar siempre disponible para los requerimientos laborales que puedan surgir, incluso en horas no laborales. Una afirmación especialmente elevada en trabajadores de empresas internacionales (70%), con puestos de responsabilidad elevados (77%) y con edades comprendidas entre los 25 y 34 años (66%). Esta falta de desconexión trae, según los expertos, importantes consecuencias negativas para la salud mental de los empleados.

Tal y como señala la Dra. Marta López Tomás, E-Health Medical Manager de Cigna España, “la era digital hace más complicado no estar pendientes o revisar fuera de los horarios de trabajo las llamadas o emails corporativos. Sin embargo, es necesario alejarse tanto física como mentalmente de las cuestiones laborales durante el tiempo libre. En caso contrario, se caerá en lo que se conoce como el ‘síndrome del trabajador quemado’ o burnout, tipología de estrés laboral crónico que surge a consecuencia del agotamiento físico y mental que sufren los trabajadores por la falta de descanso”.

No obstante, muchas veces, esa cultura del ‘always on’ está intrínsecamente instalada en la mentalidad del trabajador y no tanto impuesta por la empresa. Según diversos estudios, la adicción al trabajo y la falta de confianza en la persona que realiza la sustitución de labores suelen ser los factores principales que hacen que el empleado no sea capaz de desconectar.

En este sentido, a la hora de valorar qué necesitarían para conseguir una salud mental óptima en su entorno de trabajo, los empleados demandan: mayor flexibilidad horaria (34%), más tiempo libre para sus intereses personales (24%), una semana laboral más corta -por ejemplo, pasar de 5 días laborables a 4- (21%), mayor seguridad laboral (20%) y la posibilidad de poder trabajar desde casa (18%).

Algunas de estas peticiones estarían en línea con las estrategias recomendadas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo: definir claramente las funciones y responsabilidades, promover la conciliación de la vida laboral con la personal, gestionar adecuadamente la carga de trabajo o disponer de procedimientos para la resolución de conflictos.

Tal y como indica la OMS, las intervenciones en materia de salud mental deben formar parte de una estrategia integrada de salud y bienestar que abarque la prevención, la detección temprana, el apoyo y la reincorporación o readaptación. De no tenerse en cuenta, se estarían perjudicando las relaciones interpersonales, el rendimiento y la productividad del empleado. Por no hablar de su repercusión en el absentismo laboral, aumento de los accidentes o, incluso, de la incapacidad laboral.