Aunque pueda parecer que no, trabajar en una oficina puede afectar a la salud y apariencia de la piel. La exposición prolongada a la luz azul de las pantallas, la baja humedad causada por el aire acondicionado y el estrés asociado con el trabajo pueden causar sequedad, envejecimiento prematuro y otros problemas cutáneos. Durante el verano, estos factores se combinan con el calor y la radiación ultravioleta (UV) del sol, aumentando el riesgo de daño a la piel. Por ello, es fundamental implementar una rutina de cuidado de la piel adaptada a las condiciones de la oficina y la temporada.
Una piel saludable contribuye al bienestar general y la productividad de los empleados
Fomentar buenos hábitos de cuidado de la piel entre los empleados es fundamental para promover su bienestar general y productividad. Una piel saludable no solo mejora la apariencia y la confianza en uno mismo, sino que también puede reducir la incidencia de problemas cutáneos que pueden afectar la comodidad y la concentración en el trabajo.