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¿Por qué es importante contar con un buen descanso?

¿Por qué es importante contar con un buen descanso?

Es habitual que muchas personas prioricen pilares del bienestar como el ejercicio, o la nutrición, y que dejen el descanso en un segundo plano. Y es que, la concepción de que dormir es “perder el tiempo” o “para vagos” está cada vez más extendida. A esto se suma, que muchas personas priorizan su vida social o personal al descanso.

Y, aunque sabemos que dormir es necesario, a veces olvidamos que la falta de un sueño de calidad afecta a la salud física y mental, aumentando la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, metabólicas o crónicas, como el cáncer. Tal y como señala la Sociedad Española de Neurología, entre un 20 y un 48% de la población adulta tiene dificultades para conciliar o mantener el sueño.

Para conocer más en profundidad el tema, accede a este webinar en el que la Dra. Daniela Silva, e-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, explica qué es el sueño saludable, los distintos trastornos existentes y su implicación en la salud.

Los buenos hábitos de higiene del sueño son clave en el descanso

Hay que tener en cuenta que la necesidad de dormir más o menos varía en función de la edad. Sin embargo, cuando la arquitectura del sueño se mantiene (75% sueño no-REM y 25% REM) y dormimos las horas necesarias, se consigue una buena calidad de sueño y, por tanto, un descanso reparador.

Pero ¿cómo conseguir ese sueño de calidad o cómo podemos mejorarlo?

La mejor opción es practicar buenos hábitos de higiene de sueño:

  1. Mantener una rutina diaria estable. Procurar acostarnos y levantarnos más o menos a la misma hora todos los días.
  2. Hacer una rutina nocturna relajante. En la hora antes de dormir, intentar establecer una rutina de ducha, baño, lectura u otras prácticas relajantes que nos ayuden a desconectar y bajar niveles de estrés.
  3. Realizar actividad física, pero preferiblemente por la mañana o la tarde, y evitar actividad física exhaustiva en la noche.
  4. Evitar la exposición a pantallas (móviles y otros dispositivos electrónicos) al menos 30 minutos antes de irnos a la cama, ya que son fuente de luz azul, la cual inhibe la producción de melatonina, la hormona inductora del sueño.
  5. Asegurar una temperatura adecuada en la habitación. Nuestra temperatura corporal baja aproximadamente 1 ºC de manera natural cuando dormimos. Por lo tanto, dormiremos más cómodos en un entorno más fresco.
  6. Ajustar la iluminación. Es recomendable que nuestra habitación cuente con luz tenue y con persianas o cortinas que proporcionen oscuridad y eviten que las luces de la calle pudieran molestarnos o interrumpir nuestro descanso.
  7. Cuidar la alimentación y el consumo de bebidas. Es recomendable mantener el hábito de cenar al menos 3 horas antes de irnos a la cama y en ningún caso realizar cenas pesadas, ya que el proceso de digestión puede interferir en nuestra calidad de sueño. Por su parte, alimentos como el pavo, la leche y la avena son ricas en triptófano, un aminoácido esencial y precursor de la producción de melatonina, por lo que pueden ayudarnos a dormir mejor. También es importante evitar la cafeína después del mediodía, ya que su tiempo de eliminación puede ser largo (de unas 12 horas).