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Nuevo año, nuevos objetivos: prepara tu mente para alcanzar tus metas

Nuevo año, nuevos objetivos: prepara tu mente para alcanzar tus metas

Movidos por razones personales, con la llegada de la Nochevieja, nos planteamos nuevos retos y propósitos para hacer cambios en nuestras vidas y convertirnos en nuestro mejor yo.

Sin embargo, muchas veces pensamos en cambios poco realistas o que requieren más tiempo del que habíamos planteado inicialmente. ¿El resultado? Nos frustramos, nos desanimamos y terminamos abandonando antes incluso de empezar. Por eso, para plantearnos propósitos que realmente podamos cumplir, tenemos que hacernos primero estas preguntas:

  • ¿Qué quiero cambiar exactamente?
  • ¿Cuáles son mis motivos para querer estos cambios?
  • ¿Cómo será mi vida cuando haya hecho estos cambios?

Pequeños propósitos para conseguir grandes cambios

Una vez tengamos claro cuáles queremos que sean nuestros propósitos de Año Nuevo, ya podremos plantear cómo lograrlos.

Para ayudarte a alcanzar todas tus metas este 2025, te dejamos cuatro consejos infalibles:

  1. Establece metas claras y alcanzables. Es importante tener objetivos concretos que puedas medir, para que sepas si realmente estás avanzando. Si, por ejemplo, tu meta es leer más, proponte un número de libros por mes y haz un seguimiento. Puedes usar una aplicación que te registre cuántas páginas has leído o cuántos libros has terminado. Incluso puedes tener una lista donde taches cada libro que vayas terminando, lo que te ayudará a ver tu progreso y ajustar tu ritmo si lo necesitas. Al tener todo claro, sabrás si vas bien o si tienes que ajustar tus metas para que sigan siendo alcanzables.
  2. Divide tus metas en pasos pequeños. Los grandes cambios no se hacen de la noche a la mañana, así que es mejor dividir tus propósitos en retos más pequeños. Por ejemplo, si tu meta es ponerte en forma, empieza con algo sencillo como caminar media hora al día. Puedes ir apuntando en un calendario los días que haces ejercicio e ir aumentando poco a poco el tiempo y la cantidad de ejercicio.
  3. Celebra todos tus avances, ¡cada pequeño paso cuenta! A veces estamos tan centrados en el objetivo final que olvidamos disfrutar del proceso. Los avances, aunque parezcan mínimos, son lo que realmente nos mantienen motivados. Celebra esos avances y haz algo que te guste, como ir al cine o darte un capricho con tu comida favorita.
  4. Sé flexible y paciente. Las cosas no siempre salen como esperamos y, si algo no funciona, podemos ajustar el plan y seguir adelante. El progreso puede ser lento, pero lo importante es que no nos desmotivemos. Si tu propósito es muy ambicioso como, por ejemplo, aprender un idioma en un año, y no ves avances, antes de abandonar tu propósito intenta enfocarte en un objetivo más pequeño, como poder mantener una conversación básica. Y a partir de ahí, seguir avanzando poco a poco.

Recuerda: Lo más importante es cuidar de ti mismo en el proceso. Si algún objetivo empieza a ser más fuente de estrés que de bienestar, es mejor cambiar el plan o buscar otro propósito.