Unos hábitos alimenticios inadecuados pueden tener una serie de efectos negativos en el desempeño laboral de los empleados. Y es que, una nutrición inadecuada en el trabajo da lugar a unas pérdidas de productividad del 20%, tal y como muestra un informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
Además, los altos niveles de estrés pueden reducir la importancia que los empleados le dan diariamente al tiempo y tipo de alimentación, haciendo que elijan opciones menos saludables y más rápidas de adquirir y comer.
Una nutrición inadecuada en el trabajo da lugar a unas pérdidas de productividad del 20%
En este sentido, es importante que las empresas sean conscientes de las consecuencias que tiene una mala alimentación en la salud y rendimiento de los empleados:
- Reducción de la energía y la concentración. Una dieta desequilibrada carece de los nutrientes necesarios para proporcionar energía sostenida y puede llevar a experimentar fatiga y falta de concentración en el trabajo. De esta forma, los empleados pueden tener dificultades para mantenerse alerta y enfocados en sus tareas.
- Mayores niveles de estrés e irritabilidad. La mala alimentación puede influir en el estado de ánimo de los empleados, aumentando el estrés y la irritabilidad. Los picos y caídas en los niveles de azúcar en sangre debido a una dieta rica en alimentos procesados o azucarados pueden contribuir a cambios de humor y dificultar la gestión del estrés en el trabajo.
- Disminución de la productividad y la eficiencia. La falta de nutrientes esenciales puede afectar la capacidad de los empleados para realizar sus tareas de manera eficiente. Una dieta inadecuada puede provocar una disminución en la productividad, y hacer que los empleados tengan una menor capacidad para resolver problemas, tomar decisiones y completar tareas de manera correcta.
- Aumento del ausentismo. Una alimentación inadecuada puede aumentar el riesgo de enfermedades y afecciones relacionadas con la dieta, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Esto puede resultar en un aumento del ausentismo laboral debido a enfermedades relacionadas con la dieta y problemas de salud crónicos.
- Impacto en el clima laboral y las relaciones interpersonales. Los efectos negativos de una mala alimentación en el trabajo pueden extenderse al ambiente laboral y a las relaciones interpersonales entre los empleados. La fatiga, el estrés y la irritabilidad pueden afectar la dinámica del equipo y la colaboración entre compañeros, lo que podría conducir a un clima laboral negativo.
Para promover la productividad de los empleados y velar por su salud y bienestar, es importante fomentar hábitos alimenticios saludables y darles los recursos necesarios para conseguirlo.