Con la llegada de las primeras olas de calor del verano, ir al trabajo puede convertirse en toda una odisea. Tanto es así que existe una relación directa entre temperatura y productividad. De esta manera, cuando el termómetro supera los 30º, nuestro rendimiento puede verse afectado: mayor cansancio, irritabilidad, estrés…además de una disminución de la capacidad de concentración.
Sin embargo, pese a que no podemos evitar las olas de calor, siguiendo una serie de pautas es posible disminuir su efecto en nuestra productividad:
- Fija metas diarias
Si fijas metas diarias y te propones llegar a logros al final de día, será mucho más fácil que te mantengas enfocado en las tareas.
- Sitúa las tareas menos apetecibles como las primeras de la lista
Para vencer la procrastinación, enfréntate a las tareas que menos te gustan a primera hora de la mañana, en vez de dejarlas para el final del día.
- Identifica tus horas pico
¿En qué momento del día te sientes más motivado? Identifica esos momentos y agenda las tareas más importantes.
- Aprovecha la bajada de ritmo de tu entorno
Tu entorno profesional, también se encuentra en un periodo de vacaciones, por lo que puedes aprovechar para concentrarte más en tus tareas sin las continuas interrupciones de llamadas o correos electrónicos.
- Organiza tu mesa de trabajo
Mantener un orden en tu entorno de trabajo es fundamental para aumentar la productividad. Aprovecha el verano para organizar papeles pendientes.
- Escucha a tu cuerpo
Opta por comidas ligeras, bebe mucha agua y si necesitas hacer alguna pequeña pausa adicional durante la jornada, adelante.
- Haz planes en equipo
Tomar algo a la salida del trabajo con tus compañeros puede darte el extra de motivación necesario para terminar la semana con energía.