Un adecuado descanso es uno de los pilares de un estilo de vida saludable, al mismo nivel que seguir una alimentación equilibrada o practicar ejercicio físico de manera habitual. Sin embargo, cuando llega el verano y las temperaturas comienzan a ascender, muchas personas sufren dificultades para poder conciliar el sueño, con las consecuencias que eso acarrea en su bienestar: falta de concentración, irritabilidad, bajo estado de ánimo, etc…
El verano y el descanso vacacional es la época perfecta para cuidar nuestra higiene del sueño y adquirir rutinas saludables que nos ayuden a descansar mejor durante todo el año. Por eso, desde Cigna España te damos algunos consejos con los que conciliar mejor el sueño durante la época estival, dando esquinazo al calor. ¡Toma nota!
- Duerme en una habitación tranquila. Las condiciones ambientales del dormitorio son fundamentales para lograr un buen descanso. Elige una habitación ventilada, silenciosa y oscura: cuanta menos luz, mejor.
- Toma una ducha tibia antes de meterte en cama. Aunque una ducha con agua helada pueda parecer la alternativa más refrescante, si nos bañamos en agua tibia conseguiremos prolongar la sensación de fresco una vez fuera.
- Cena ligera. Te ayudará a conciliar mejor el sueño mientras cuidas tu bienestar digestivo y el adecuado funcionamiento de tu metabolismo. ¿Quieres saber cómo preparar la cena de verano perfecta? Echa un ojo a este artículo: http://bit.ly/2Yun1NK
- Toldos y persianas bajadas durante el día. Durante las horas de sol es importante tratar de mantener la casa lo más fresca posible manteniendo personas y toldos bajados. Cuando llegue la noche, abre las ventanas para refrescar el ambiente del dormitorio.
- ¡Ojo con el aire acondicionado! La temperatura óptima para dormir debe oscilar entre los 20 y 22 grados, nunca a una temperatura inferior. Además, a pesar de que refresque el ambiente, se recomienda que el aire no se dirija nunca directamente al cuerpo de la persona, ya que puede causar contracturas y sequedad en las vías respiratorias.
- Duerme hacía el lado izquierdo. Es la postura más saludable, puesto que contribuye a mejorar el funcionamiento del sistema circulatorio y digestivo. Además, esta postura de lado es donde menos parte de nuestro cuerpo está en contacto con las sábanas, lo que nos ayudará a estar más frescos durante la noche.
- Opta por ropa de cama de algodón o lino. Las fibras naturales permiten que la piel transpire mejor mientras duermes, lo que contribuirá a un mejor descanso.