Las exigencias, los ritmos altos de trabajo, la presión y el exceso o defecto de tareas favorecen la aparición de trastornos mentales, que pueden afectar al rendimiento en todos los niveles. Esta situación, convierte el estrés en una de las enfermedades laborales más comunes.

A nivel mundial, 1 de cada 8 personas padece un trastorno mental

El estrés y otros trastornos (como la falta de descanso) afectan a la capacidad de concentración y atención, reduciendo el rendimiento y la capacidad de desconectar una vez finalizada la jornada laboral. Una mala gestión del estrés puede llevar a desarrollar patologías más graves como la ansiedad y la depresión.

En este sentido, los entornos de trabajo seguros y sanos ayudan a minimizar los impactos de los trastornos mentales y contribuyen a la recuperación de la persona afectada, mejorando su confianza y funcionamiento.

En este vídeo podrás descubrir más sobre las implicaciones que tiene no contar con una buena salud mental entre los empleados y qué hacer para evitarlo.