DIETA Y ACTIVIDAD FÍSICA: ¿CUÁL ES LA CONEXIÓN DEL CÁNCER?
¿Cuánto afectan los hábitos diarios como la dieta y el ejercicio al riesgo a padecer cáncer? Mucho más de lo que se piensa. Se ha demostrado que una dieta pobre y no estar activo son dos factores clave que pueden aumentar el riesgo de cáncer de una persona.
Además de dejar de fumar, algunas de las cosas más importantes que se puede hacer para ayudar a reducir el riesgo de cáncer son:
- Conseguir y mantener un peso saludable.
- Estar físicamente activo de manera regular.
- Elegir alimentos saludables con un enfoque en alimentos de origen vegetal.
Se estima que aproximadamente el 20% de todos los cánceres diagnosticados están relacionados con la gordura corporal, la inactividad física, el consumo excesivo de alcohol y / o la mala nutrición, y por lo tanto podrían prevenirse.
CONTROL DEL PESO
Llegar y mantener un peso saludable es importante para reducir el riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes. Tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer, incluidos los de mama (en mujeres que ya pasaron la menopausia), colon y recto, endometrio, esófago, páncreas y riñón, entre otros.
Tener sobrepeso puede aumentar el riesgo de cáncer de muchas maneras. Una de las formas principales es que el exceso de peso hace que el cuerpo produzca y circule más estrógenos e insulina, hormonas que pueden estimular el crecimiento del cáncer.
¿QUÉ ES UN PESO SALUDABLE?
Una de las mejores maneras de hacerse una idea si tiene un peso saludable es verificar su Índice de Masa Corporal (IMC), un puntaje basado en la relación entre su estatura y su peso.
Para reducir el riesgo de cáncer, la mayoría de las personas deben mantener sus IMC por debajo de 25.
Si se está tratando de controlar el peso, un buen primer paso es observar el tamaño de las porciones, especialmente de alimentos ricos en calorías, grasas y azúcares agregados. También tratar de limitar el consumo de alimentos y bebidas con alto contenido calórico.
MANTENERSE ACTIVO
Ver cuánto se come ayuda a controlar el peso. La otra clave es estar más físicamente activo. Estar activo ayuda a reducir el riesgo de cáncer al ayudar a controlar el peso. También puede ayudar a mejorar los niveles hormonales y la forma en que funciona el sistema inmunológico.
Más buenas noticias: ¡la actividad física también ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes!
Las recomendaciones para adultos requieren al menos 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de actividad de intensidad vigorosa cada semana, o una combinación equivalente, preferiblemente durante toda la semana. Esto va más allá de las actividades diarias habituales, como usar las escaleras en lugar del ascensor o realizar las tareas del hogar. Para los niños, la recomendación es al menos 60 minutos de actividad de intensidad moderada o vigorosa cada día, con actividad de intensidad vigorosa al menos 3 días a la semana.
Las actividades moderadas son aquellas que te hacen respirar tan fuerte como se hace durante una caminata rápida. Esto incluye actividades como caminar, andar en bicicleta, incluso tareas domésticas y jardinería. Las actividades vigorosas utilizan grandes grupos musculares y hacen que el corazón lata más rápido, hacen respirar más rápido y más profundo, y también hacen sudar.
También es importante limitar los comportamientos sedentarios como permanecer mucho tiempo sentados o acostados, ver la televisión, etc...
Estar más físicamente activo de lo habitual, sin importar su nivel de actividad, puede tener muchos beneficios para la salud.