El estrés
¿Qué es el estrés?
El estrés describe lo que sienten las personas cuando están bajo presión mental, física o emocional. Aunque es normal experimentar algo de estrés de vez en cuando, las personas que experimentan altos niveles de estrés o que lo experimentan repetidamente durante un largo período de tiempo pueden desarrollar problemas de salud (mentales y / o físicos).
El estrés puede ser causado tanto por las actividades diarias y rutinas, como por acontecimientos más inusuales, como un trauma o enfermedad en uno mismo o en un familiar cercano. Cuando las personas sienten que no pueden manejar o controlar los cambios causados por el cáncer o las actividades normales de la vida, están angustiados. La angustia se ha vuelto cada vez más reconocida como un factor que puede reducir la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Incluso hay alguna evidencia de que la angustia extrema se asocia con peores resultados clínicos.
¿Cómo responde el cuerpo durante el estrés?
El cuerpo responde a la presión física, mental o emocional liberando hormonas del estrés (como la epinefrina y la noradrenalina) que aumentan la presión arterial, aceleran la frecuencia cardíaca y aumentan los niveles de azúcar en la sangre. Estos cambios ayudan a una persona a actuar con mayor fuerza y velocidad para escapar de una amenaza percibida.
Distintas investigaciones han demostrado que las personas que experimentan estrés intenso y prolongado (es decir, crónico) pueden tener problemas digestivos, problemas de fertilidad, problemas urinarios y un sistema inmunitario debilitado. Las personas que experimentan estrés crónico también son más propensas a infecciones virales como la gripe o el resfriado común y tienen dolores de cabeza, problemas para dormir, depresión y ansiedad.
¿El estrés puede ser una de las causas del cáncer?
Aunque el estrés puede causar distintos problemas de salud física, la evidencia de que puede causar cáncer es débil. Algunos estudios han indicado un vínculo entre varios factores psicológicos y un mayor riesgo de desarrollar cáncer, pero otros no.
Los vínculos aparentes entre el estrés y el cáncer podrían surgir de varias maneras. Por ejemplo, las personas bajo estrés pueden desarrollar ciertos comportamientos, como fumar, comer en exceso o beber alcohol, lo que aumenta el riesgo de cáncer de una persona. O alguien que tiene un familiar con cáncer puede tener un mayor riesgo de cáncer debido a un factor de riesgo hereditario compartido, no por el estrés inducido por el diagnóstico del miembro de la familia.