DESAFÍOS DE LA REINCORPORACIÓN LABORAL: LAS PREOCUPACIONES MÁS FRECUENTES
Volver a trabajar supone una recuperación de la identidad personal: la persona pasa de tener la etiqueta de ‘paciente’ para reencontrarse con su vida. También es una oportunidad para volver a tomar el control en su día a día y dejar de identificarse con un rol pasivo.
Sin embargo, el modo en que cada uno de los pacientes afronta este momento es muy personal, y oscila desde la ilusión y optimismo, pasando por miedos anticipatorios y preocupaciones relacionadas con la actividad profesional que desarrollan.
No hay que olvidar que, durante un tiempo, es posible que el ritmo laboral no sea el mismo. El hecho de haberse sometido a un tratamiento conlleva una sintomatología somática añadida que, sumada al impacto emocional, al cambio en el planteamiento de futuro y a otros cambios asociados a la imagen corporal, pueden terminar por tener una influencia en la productividad del trabajador.
Por todo ello, ¿cuáles son las preocupaciones más frecuentes en el empleado?
- Incertidumbre por las posibles limitaciones físicas y de concentración.
- Temer que la exigencia y la carga laboral interfiera en su autocuidado.
- Miedo a posibles represalias frente a situaciones de absentismo ocasionadas por el seguimiento y revisiones periódicas.
- Recuperar malos hábitos pasados o no ser capaces de marcar límites.
- Empeoramiento de las relaciones con sus compañeros fruto de comparaciones malintencionadas, falta de empatía o incomprensión.
- Miedo a volver a enfermar o empeorar en el proceso de recuperación.
La organización debe estar alerta ante las señales que dé el empleado, y proporcionarle el apoyo adecuado para que pueda desarrollar una buena estrategia de autorregulación emocional. Además, es necesario tomar una serie de medidas que hagan más fácil la reincorporación:
- Establecer esta reincorporación de manera progresiva.
- Implantar una política de descansos que facilite el desarrollo de sus actividades diarias.
- Proporcionar tareas adaptadas a las capacidades físicas y mentales de cada empleado tras el proceso oncológico, teniendo en cuenta su experiencia y rol previo, sin que de ninguna manera se interprete como un castigo o agravio.
- Facilitar herramientas que ayuden a gestionar el estrés: talleres de relajación y autorregulación emocional, cursos de meditación, fomento del deporte…