CÓMO APOYAR A EMPLEADOS CON HIJOS EN UN PROCESO ONCOLÓGICO
Tener un hijo con cáncer es una de las situaciones más complicadas a las que unos padres se pueden enfrentar. Pese a que el tratamiento de esta enfermedad constituye uno de los éxitos terapéuticos más espectaculares de la medicina de nuestros días, es inevitable que la familia experimente este diagnóstico con gran dolor, incertidumbre y miedo.
Durante este periodo, el pequeño necesitará de toda la atención de sus padres, ya que la enfermedad le va a afectar de múltiples maneras. Además, el tratamiento suele ser un proceso agresivo que trae consigo momentos difíciles. Por todo ello, los padres también tendrán que hacer frente a su propia situación emocional para poder ayudar tanto al hijo enfermo como a los otros hermanos sanos.
En el caso de que uno de los empleados esté pasando por esta situación, la organización debe tomar parte activa y proporcionar todas las herramientas posibles para apoyarle en este proceso.
Algunas medidas pueden ser:
- Apoyo psicológico. Enfrentarse a un diagnóstico de cáncer en un hijo es una experiencia muy estresante y dolorosa, con reacciones emocionales como la negación, la rabia, la ira, la culpabilidad o el resentimiento. Proporcionar a nuestros empleados el acceso a atención psicológica profesional es una buena medida que les ayudará a asimilar el diagnóstico, expresar sus sentimientos y encontrar la mejor manera para hablar con su hijo y el resto de la familia.
- Asesoramiento laboral. Cuando se produce un diagnóstico de cáncer infantil, surgen muchas dudas acerca de cómo reajustar las funciones de la familia para mantener el ritmo y la economía familiar y a la vez, permanecer junto al niño enfermo y los otros hijos. Ofrecer asesoramiento para aclarar todas las dudas y proporcionar más información acerca de las opciones disponibles ayudará a los empleados a tomar decisiones informadas y adaptadas a su situación particular.
- Formación en técnicas de relajación. Proporcionar formación en técnicas de relajación es una buena medida que puede ayudar al empleado a reducir el nivel general de nerviosismo en las situaciones previas a algún tratamiento o prueba, o en acontecimientos puntuales que puedan suponer un pico de ansiedad (por ejemplo, antes de una intervención o ingreso hospitalario).
- Sistema de bajas y ausencias flexible. Contar con un sistema de bajas y ausencias lo suficientemente flexible como para adaptarse a las necesidades particulares de cada empleado hará mucho más sencillo conciliar la vida profesional con citas médicas, periodos de hospitalización o cuidado en el domicilio.
- Medidas de conciliación y flexibilidad horaria. Proporcionar un horario flexible o medidas de teletrabajo que permitan una mejor conciliación al empleado son muy útiles en esta situación.
- Contacto con grupos de apoyo. Ciertas entidades, como la Asociación Española contra el Cáncer (AEEC), ofrecen servicios de apoyo y acompañamiento que garantizan la atención de los enfermos y familiares independientemente de donde residan. Facilitar que el empleado se ponga en contacto con estos grupos puede ser una buena medida de apoyo.