La pandemia ha desdibujado los límites entre la vida laboral y familiar. Estos ámbitos del día a día, claves en la salud integral de cualquier persona, han sido dos de los más afectados en los últimos meses.
Para aquellos padres que han trabajado durante el confinamiento, las restricciones han significado más tiempo con sus hijos y más oportunidades para conectar con ellos. Han podido participar en la actividad escolar de los pequeños y pasar más tiempo juntos que antes de la pandemia. Sin embargo, tal y como revela el estudio ‘360 Well-Being Survey’ de Cigna Europa, solo el 40% de los encuestados afirma disfrutar de tiempo de calidad con su familia. Además, el 79% de las personas que tienen hijos menores de 18 años manifiesta sufrir estrés y el 55% lo relaciona con el trabajo.
Por el contrario, los que trabajan y no tienen hijos se encuentran en una situación diferente: casi un tercio está preocupado por la cantidad de tiempo que pasa con la familia y el 27% afirma que no tiene un núcleo familiar que le ofrezca apoyo emocional.
La realidad es que el concepto de familia moderna ha evolucionado y la vida personal de los empleados es muy diversa y compleja. Por este motivo, es importante que las empresas sean conscientes de que no hay dos trabajadores iguales: cada uno gestiona distintos factores de estrés en su vida profesional y familiar y, por tanto, necesitan diferentes niveles de apoyo por parte de su compañía.
En este sentido, las empresas pueden adoptar dos enfoques a la hora de apoyar a su plantilla. La primera de ellas es invertir en su cultura laboral, tratando de conocer de cerca las particularidades de sus empleados y de su lugar de trabajo y, así, adaptar sus políticas laborales para convertirse en una compañía que cuide y proteja a las familias. La otra opción es seguir como hasta ahora, sin realizar cambios. La elección de una u otra determinará la preparación de las organizaciones para el futuro, tanto a la hora de atraer y retener a los mejores talentos como de mejorar su productividad.
Comprender la demografía del entorno laboral
Las empresas deben prestar atención a la salud integral de sus empleados y entender que el cuidado de la plantilla va más allá de proteger su cuerpo y su mente. Es clave que las organizaciones mejoren el bienestar holístico de sus trabajadores, proporcionándoles apoyo y herramientas adaptadas para que puedan hacer frente a las demandas de la vida moderna, incluida la ayuda para conciliar la vida laboral y familiar. Por ello, comprender la demografía del entorno laboral es el primer paso para convertirse en una empresa que cuida y se preocupa de sus empleados.
Las encuestas o evaluaciones de riesgos de la salud de la fuerza laboral, como las que ofrece el proveedor de servicios de salud Cigna Europa a través de la Cigna Wellbeing App™, ayudarán a identificar los tipos de empleados que forman parte del equipo y a descubrir las diferencias significativas que existen entre ellos. Gracias a ello, las empresas conocerán cuántos trabajadores son padres, cuántos viven solos o cuántos cuidan de otras personas. Esto les servirá para identificar los problemas clave que afectan a su fuerza laboral y las áreas en las que necesitan más apoyo por su parte, ya sea ofreciendo flexibilidad laboral, apoyo a la salud mental o acceso a la atención médica para los familiares dependientes.
Y es que cuando las empresas entienden las condiciones en las que se encuentran sus empleados y trabajan para satisfacer sus necesidades, es más probable que el equipo se sienta alineado con la misión, la visión y los valores de la organización, y ofrezca, a cambio, mayores niveles de dedicación y compromiso con la causa.
¿Qué hay que tener en cuenta para convertirse en una empresa que cuida de las familias de los empelados?
Robin Lewis, director de Recursos Humanos de Cigna Europa, nos da las claves para potenciar la salud familiar desde las empresas:
- Define una política que respete a las familias: tener en cuenta las necesidades de los empleados y cubrirlas con diferentes iniciativas de flexibilidad laboral, es beneficioso para la empresa y para la plantilla. Las iniciativas laborales que incluyen opciones de trabajo a tiempo parcial, flexibilidad horaria, teletrabajo y apoyo al cuidado de los niños, además de un paquete de atención sanitaria para cuidar a los familiares dependientes, son prácticas muy útiles que permiten a los empleados conciliar su vida laboral y personal.
- Integra las iniciativas de salud familiar dentro de la estrategia y de la cultura de la organización: las mejores empresas priorizan impulsar una cultura de apoyo en su lugar de trabajo, lo cual supone una mayor capacidad para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus trabajadores. En este sentido, es esencial que sean proactivas al comunicar que la salud integral de la plantilla es su máxima prioridad. La cultura empresarial debe reflejarlo y asegurar un lenguaje inclusivo y respetuoso con la familia en todas las comunicaciones. Asimismo, se debe proporcionar formación a los directivos para que conozcan como pueden apoyar a los padres que trabajan.
- Revisa regularmente las políticas establecidas en función del rendimiento: una vez se implementen nuevas políticas, es importante analizarlas, supervisarlas y revisarlas periódicamente en función de los niveles de productividad, absentismo, contratación, retención y retorno al trabajo. Gracias a ello, se podrán realizar mejoras o ajustes de acuerdo con las necesidades de los empleados y de la empresa.
- Mantén un diálogo abierto con la plantilla: la comunicación lo es todo. Convertirse en una empresa que se preocupa por los familiares de los empleados se traduce en mayor transparencia entre la empresa y el trabajador. Ambas partes deben sentirse cómodas al compartir puntos de vista positivos y negativos sobre el entorno laboral y proponer formas de seguir avanzando. Con una cultura organizacional positiva y abierta, la fuerza laboral se siente valorada.
Un entorno laboral que respete a la familia tendrá un efecto positivo en la salud integral
Las compañías deben reflexionar sobre lo que la salud holística significa para ellos y para sus empleados. Por ejemplo, algunos se centran en la salud física y, cuando están sanos, se sienten preparados para asumir las demandas diarias, en el trabajo y en casa. Para otros, está más relacionado con el trabajo: centrarse y comprometerse con su profesión tiene un efecto muy positivo en cualquier otra área de su vida. Y están aquellos empleados que, si su familia está feliz y bien, están contentos en todas las demás esferas de su día a día.
Con las familias modernas, que van desde padres solteros, parejas casadas, familias monoparentales y hogares intergeneracionales, es probable que haya un gran porcentaje de empleados que tenga la responsabilidad del cuidado de sus hijos o de otros seres queridos. Que reciban el apoyo adecuado es importante.
Al tener en cuenta la salud familiar desde la compañía, los empleados estarán apoyados para gestionar sus compromisos profesionales y personales y, al mismo tiempo, disfrutarán del equilibrio entre su vida laboral y familiar. Además, sabrán que la empresa en la que trabajan es consciente de que sus trabajadores también tienen vida fuera del trabajo. Esto supone una preocupación menos para los padres que trabajan y un gran paso hacia delante en el cuidado de su propia salud integral.
En definitiva, impulsar la conciliación entre el trabajo y la vida familiar se traducirá en grandes ventajas para cualquier organización. El equipo estará más feliz, más comprometido y, además, será más productivo. Y, lo más importante, habrá creado una cultura laboral próspera, centrada en las cambiantes necesidades de sus empleados, mientras sitúan la salud integral en el centro de su estrategia laboral.